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2024-08-15

LO QUE PODEMOS SABER SOBRE LA GLORIA DE DIOS


La gloria de Dios parece ser algo misterioso. Hablamos de glorificar al Señor por medio de la adoración. Escuchamos lecciones de escuela dominical sobre la gloria de Dios en un pilar de fuego. Pero cuando se refiere a entender lo que realmente es la gloria de Dios, parece que todos nos quedamos cortos. Y por una buena razón.

Ministerio integral Familiar

Verás, si la gloria del Señor pudiera ser entendida completamente, entonces no seria tan gloriosa, ¿o sí? Si, ahora podemos maravillarnos en las facetas de Su gloria, pero 2 Corintios 4:17-18 habla de un peso eterno de la gloria más allá de la comparación. Significa que todo el peso o valor de la gloria de Dios es incompresible para nosotros en este momento. Dicho eso, adentrémonos en unas cuantas cosas que podemos saber sobre la Gloria de Dios en este momento por medio de Su Palabra, especialmente en referencia a Su presencia y lo que significa para nuestras vidas. Gloria del Antiguo Testamento En el Antiguo Testamento, la gloria del Señor comúnmente (pero no exclusivamente) se refiere a su presencia física. Éxodo 40:34-35 relata como la gloria del Señor llenó el tabernáculo, el lugar movible de adoración de Israel, en su dedicación. Cuando los israelitas se asentaron en la tierra prometida y Salomón construyó el templo, 1 Reyes 8:10-11 dice que la gloria del Señor llenó también ese lugar. Pero cuando Israel continuó en desobediencia, Ezequiel 10:18 dice que la gloria de Dios dejó el templo. Su gloria, o presencia física, no podía morar con ellos debido a su continuo pecado. Incluso cuando los exiliados regresaron de la cautividad y reconstruyeron el templo, no escuchamos que se mencione en la Escritura que ese mismo tipo de gloria regresara. Sin embargo, Dios había prometido nunca dejar a su pueblo, y Él siempre cumple sus promesas. Esa llenura puede que no se vea de la forma en que lo esperamos. En Hageo 2:5-9, durante la fase de reconstrucción del templo, vemos que Dios promete, “y llenaré de gloria esta casa” y “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”. En Zacarias 2:5, durante el mismo periodo, el Señor declara que Él será “muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella”. Ya que esas cosas ni siquiera suceden físicamente (el muero de fuego y originalmente la nube de la gloria regresando el templo), los teólogos concluyen que las profecías mencionadas anteriormente de hecho se estaban refiriendo a Jesús, quien visitó y ministro en el mismo templo mientras estuvo en la tierra. Lo cual nos lleva a otra faceta de la gloria de Dios. La gloria del Nuevo Testamento Oh glorioso Jesús, Hebreos 1:3 dice, “el cual, siendo resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia”, la gloria de Dios – Dios mismo – en forma física (humana)había regresado a la tierra y al templo una vez más. No solo eso, Jesús hizo milagros para mostrar aun mas la gloria de Dios. Por ejemplo, en Juan 11:40 Él dice “¿no te he dicho que si crees veras la gloria de Dios?”, en referencia a levantar a Lazaron de entre los muertos. La gloria de Dios se manifestó a si misma en las obras que hizo Jesús – obras poderosas que solo podían venir de Dios mismo. Después de la muerte de Jesús, resurrección, y ascensión, por medio de esas facetas de la gloria de Dios una vez más dejó la tierra, físicamente hablando. Sin embargo, la gloria de Dios permanece, en Hechos 2, vemos como se manifiesta a si mismo – por medio del Espíritu Santo quien vive en los creyentes. Aptamente, nuestros cuerpos físicos son llamados “el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19), un recordatorio de que Dios sigue morando con Su pueblo como una vez lo hizo en el Antiguo Testamento, solo en una forma diferente. Una nueva faceta: la gloria del Espíritu Santo en nosotros. Experimentando la gloria de Dios en nosotros Por su puesto, esto no tiene como meta hacernos sentir gloriosos dentro y en nosotros mismos. Justo como el tabernáculo fue solamente tela y el templo solo fueron piedras, nosotros seguimos siendo solo polvo. Fue la gloria de Dios llenando el tabernáculo y llenando el templo lo que los hizo gloriosos. Lo cual trae una pregunta, entonces ¿Cómo permitimos que la gloria de Dios nos llene? No te equivoques, esta publicación no tiene como meta cubrir la cuestión de si un creyente o no puede perder su salvación o perder el Espíritu Santo. Los teólogos han debatido eso por años. Pero una cosa que no se ha debatido es el hecho de que los creyentes pueden ser llenos del Espíritu Santo a un mayor o menor grado. De hecho, Efesios 5:18 explícitamente nos manda a ser llenos del Espíritu Santo, indicando nuestra parte activa en eso. Rechaza el pecado Una forma de permitir que la gloria de Dios nos llene es arrepentirnos y apartarnos del pecado. Recuerda, la gloria de Dios no podía ya morar en Israel mientras que ellos estuvieron en pecado continuo y sin arrepentirse. En una forma similar, el Espíritu Santo no puede llenarnos mientras que nuestros corazones estén llenos de pecado. Gálatas 5:19-23 lo deja claro, no podemos tener las dos cosas – ya sea que elegimos practicar el pecado o elegimos dejar que el Espíritu Santo nos llene y produzca Su fruto en nuestras vidas. Elimina los obstáculos Otras cosas aparte del pecado que pueden obstaculizarnos de experimentar la llenura de la gloria de Dios por medio de Su Espíritu. He experimentado por mi mismo durante una temporada de luchas con ataques de pánico. A pesar de que el temor es una emoción dada por Dios y no un pecado, por decir así, una abundancia de miedo nos obstaculiza una abundancia de la gloria de Dios. Eventualmente encontré una herramienta que ayudó y fue que puede ser mas lleno con el Espíritu. Muchas cosas obstaculizan ser lleno de la gloria de Dios – distracciones “inofensivas”, o incluso muchas cosas realmente “divinas”. Recibe por fe Hoy día seria asombroso si escucháramos un viento fuerte y viéramos lenguas de fuego cuando fuéramos llenos del Espíritu de Dios, ¿verdad? Aunque eso no ha sucedido desde Hechos, podemos saber sin duda que el Espíritu Santo nos está llenando – porque Dios así lo dice. En Hechos 2:38 vemos la promesa de que, si nos arrepentimos y creemos en Jesús, podremos recibir su Espíritu Santo. Tal vez no sintamos ese regalo del Espíritu Santo todo el tiempo, pero por fe sabemos que es verdad. ¿Por qué es importante? La Biblia lo deja claro que el Espíritu Santo es vital para vivir la vida cristiana. Sus roles hacia nosotros incluyen Enseñar, Confortar, y Ayudar. Él nos convence de pecado, fortalece nuestra rectitud, e intercede por nosotros – entre muchas mas cosas. Pero me gustaría enfocarme en un papel en específico: El Espíritu Santo en nosotros es un aspecto de la presencia de Dios en el mundo hoy día. Creyentes, la gloria de Dios en nosotros importa, porque lo representamos a Él en este mundo. Lo representamos a los no creyentes; Su gloria en nosotros ya sea que los atraiga o los repela conforme a Su voluntad. Y lo representamos para con otros; Su gloria ministra a otros creyentes conforme respondemos en obediencia a Su guía. Dejemos que la gloria del Señor llene Su templo – el templo que somos – para que Él pueda mas y mas ser glorificado en las vidas de otros. Nunca lo representaremos perfectamente, eso esta claro. Pero que privilegio es dejar que el Espíritu Santo nos llene y nos use mientras esperamos pasar la eternidad intentando comprender las otras facetas de la gloria de Dios.



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